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La cruenta batalla del periodismo

El que no es asesinado por los políticos corruptos, cae en manos del crimen organizado o de las bélicas organizaciones sociales que creen y ven al reportero como su principal enemigo. Pero lo peor, es cuando el victimario del periodista es el propio periodista que en su afán de imponer el poderío de sus letras, imágenes o sonidos por encima de los demás, cae en la estupidez del odio hasta llegar a las más bajas reacciones y a los peores resultados.

Un hombre identificado como Vester Lee Flenagan (también conocido como Bryce Williams, exempleado disgustado del canal de televisión WDBJ-TV), asesinó a una reportera y un camarógrafo en Virginia, Estados Unidos, grabó la escena en la que los mata y que difundió en sus cuentas de Twitter y Facebook.

Existe la hipótesis que Vester decidió hacerlo porque se sintió discriminado por sus ex compañeros de trabajo.

Luego del asesinato a tiros de los dos periodistas mientras transmitían en vivo este miércoles, la Casa Blanca instó de nuevo al Congreso a legislar sobre la utilización de armas de fuego.

Eso es una fantasía que también podría sonar una burla si se considera que los Estados Unidos es una de las principales potencias fabricantes de armamento y, en donde el uso de las mismas es una actividad cotidiana.

Más allá de lo sucedido este miércoles en el centro comercial Bridgewater Plaza, en Virginia, es momento de que los medios de comunicación y sus representantes, así como directivos, hagan un análisis urgente de la dinámica encarnizada que hoy en día tiene al periodismo en un nivel poco deseable para lo que el radioescucha, internauta, lector o televidente espera.

Y es que no se ha hecho una autocrítica a conciencia de la labor del periodista, en donde también existen algunos casos desafortunadamente de “periodistas” que se prestan a esa encarnizada batalla, o en el peor de los casos, se ponen al servicio del crimen organizado, de la narcopolítica, y  que ponen en riesgo la valiosa y social labor periodística.

Para la opinión pública actual, es desconocida la verdadera labor del periodismo y cómo debería, por ética, actuar un periodista. Por ello es importante recordar una parte de tres declaraciones internacionales:

 

  • Principios Internacionales de Ética Profesional del Periodismo de la UNESCO

Los Principios Internacionales de Ética Profesional del Periodismo de la UNESCO se aprobaron en la Conferencia General de la UNESCO en noviembre de 1983. Es el primer documento que aborda la problemática de la deontología profesional periodística y la declaración más importante, a escala mundial, sobre normas deontológicas o Estatuto del periodista. Los Principios Internacionales de Ética Profesional del Periodismo de la UNESCO establecen, por primera vez, cuáles son los derechos y los deberes a los que tienen que someterse los periodistas.

Resolución 1.003 del Consejo de Europa
La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa aprobó, en julio de 1993, la Resolución 1.003 sobre Ética del Periodismo. Es uno de los documentos más completos sobre deontología profesional periodística y tiene un carácter vinculante, sobre todo, a consecuencia del Organismo que lo promulga.

 

Deberes:

1. El periodista tiene el deber de obtener la información que publica por medios legales y éticos.
2. El deber de informar de manera veraz.
3. El deber de rectificar aquellas informaciones que sean falsas o erróneas.
4. Además, el periodista tiene la obligación de ser totalmente independiente a la hora de informar.
5. Relacionado con este deber, se explicita en este documento que el periodista no debe tener ningún tipo de relación, que responda a intereses privados, con las autoridades públicas y las altas esferas económicas.
6. Por primera vez, se exige que el periodista debe contar con una formación adecuada para ejercer su profesión.
7. El periodista debe respetar el derecho a la vida privada, la presunción de inocencia y los derechos de los menores de edad.
8. Tiene, además, la obligación de no promover la guerra, defender la democracia, la dignidad humana y la igualdad entre personas.
9. El periodista deberá también informar sobre todos los asuntos relacionados con la “cosa pública”, por el bien de los ciudadanos.
Derechos:

1. El periodista tiene derecho a la libertad de expresión.
2. La libertad de informar sin tener que someterse a ningún tipo de presión interna.
3. Tiene derecho a someterse a la cláusula de conciencia, aunque no así al secreto profesional ya que, a pesar de que en el artículo 20 de la Constitución se hace mención al mismo indicando que en un futuro habrá una Ley Orgánica (todavía no en la que esté incluido el periodista), para el periodista es más un derecho que una obligación. Todo esto procede de la negativa de muchas organizaciones de periodistas argumentando que supondría la criminalización del profesional secreto profesional.
4. Además, los periodistas tienen derecho a un salario digno, condiciones de trabajo adecuadas y el derecho a acceder a los recursos y medios necesarios para ejercer su profesión.

  • Declaración de Principios sobre la Conducta de los Periodistas de la FIP

La Federación Internacional de Periodistas (FIP) es la más importante asociación de periodistas del mundo. Está formada por sindicatos y asociaciones de profesionales de más de cien países. Los periodistas españoles están representados en la FIP por la Federación de Sindicatos de Periodistas. La FIP desarrolló, ya en 1954, la Declaración de Deberes de los Periodistas que está considerada como la primera norma deontológica internacional importante para la profesión periodística. Esta Declaración se sustituyó, en 1986, por esta Declaración de Principios sobre la Conducta de los Periodistas, también conocida como Declaración de la FIP.

 

Deberes:

1.El periodista no debe nunca obtener información de manera ilícita.
2. El periodista debe respetar la verdad y reconocer el derecho de los ciudadanos a conocer esa información.
3. Los periodistas tienen la obligación de informar sobre hechos de origen conocido.
4. Tienen, además, la obligación de no eliminar informaciones que son esenciales para los ciudadanos.
5. No deben distorsionar la información que ofrecen de manera intencionada.
6. Los periodistas deben rectificar todas las informaciones que sean erróneas, incompletas o perjudiciales.
7. No deben aceptar, bajo ningún concepto, gratificaciones por ofrecer un tipo de información concreta.
8. Deben publicar siempre información objetiva e imparcial.
9. Tienen que respetar los derechos al honor, a la no discriminación y a la propiedad intelectual y promover la igualdad.
Derechos:

1. Derecho a la libertad de investigación.
2. Derecho a publicar informaciones veraces y honestas.
3. Derecho a la crítica y al comentario.

De aquí se desprende que el periodista, en ambos casos, tiene más obligaciones –que muchas de ellas no se cumplen por la ligereza con la que se ha tomado en muchos países esta profesión, pero también-, que derechos –que tampoco se respetan-.

Lo anterior habla de que el periodista entonces, tiene más desventajas que ventajas y que  siempre estará en riesgo a la hora de ejercer. Además, evidencia, que ni para los organismos internacionales, o de los diferentes niveles de gobierno de cualquier nación, el ejercicio del periodismo ha sido una de las prioridades en materia de seguridad. ¿No quieren o no les conviene legislar para mayor protección?

Fuente: Siempre!

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